Arranqué la semana bastante cansada, y eso afectó directamente mi rutina de ejercicios en el gimnasio. No hice tanto, pero sentí que hice un montón. ¿Querés saber por qué? Te cuento.
Actualmente, entreno resistencia tres veces por semana y dos días hago cardio. Cuando hablo de resistencia, me refiero a usar máquinas y pesas. No te ilusiones, no tengo mucha fuerza (todavía), pero estoy trabajando en eso.
Hoy me tocaba entrenar piernas. Como suelo ir al gimnasio cuando está bastante vacío, me organizo un circuito: hago un set de cada ejercicio con su cantidad de repeticiones, me tomo unos segundos y repito. A veces consigo hacer tres vueltas, y otras veces solo tengo tiempo (o energía) para dos. Lo importante es que, de esta manera, me aseguro de trabajar un poco cada músculo.
El último ejercicio del circuito eran las famosas sentadillas búlgaras. Si no las conocés, tal vez es mejor que sigas sin conocerlas. Pero si sabés de qué hablo, sabrás que son uno de los mejores ejercicios para piernas, pero también uno de los más odiados.
Solo me faltaba completar ese ejercicio para dar por terminado el “sufrimiento” del día en el gimnasio. Con la mancuerna en la mano me dije: “Ya fue, es solo un ejercicio”, y empecé a caminar para devolver la pesa a su lugar. Pero, a mitad de camino, volví a repetirme la misma frase, solo que esta vez desde otra perspectiva.
“Ya fue, es solo un ejercicio”, pero no desde la óptica de que si no lo hacía no pasaba nada, sino más bien con otra mentalidad: “Dale, tampoco es para tanto, un esfuercito más y lo terminás.”
La frase era la misma, pero la mentalidad cambió, y eso hizo toda la diferencia. Conociéndome, si hubiera abandonado, quizás me habría ido un minuto menos cansada, pero seguro también con algo de culpa. Aunque no fue mi mejor sesión de gimnasio, me fui satisfecha porque no abandoné cuando faltaba tan poquito. Para mí, eso es un gran avance.
No te digo que te lleves al límite hasta el burnout, porque eso no está bueno, pero tampoco tires la toalla demasiado rápido. A veces, un pequeño cambio de mentalidad o de perspectiva puede cambiarlo todo