¿Cuántas veces escuchaste el viejo refrán “el tiempo es dinero”? ¡Demasiadas! Pero hoy quiero sacarle jugo a ese cliché y mostrarte otra cara de la moneda.
Así como nos rompemos la cabeza haciendo presupuestos para nuestras finanzas (bueno, al menos lo intentamos), ¿por qué no hacer lo mismo con nuestro tiempo? Sabemos que tenemos una cantidad limitada de horas en el día, y como el dinero, debemos distribuirlo sabiamente entre nuestras obligaciones, compromisos y, lo más importante, nuestras prioridades.
Entonces, si el tiempo es dinero, ¿alguna vez te sentaste a hacer un presupuesto de tus horas? ¡Pensalo como una inversión! ¿Invertirías tu dinero en algo que sabes que no te va a dar ningún retorno? ¡Claro que no! De la misma manera, deberías evaluar en qué invertís tu tiempo y si te está trayendo algún beneficio a largo plazo.
Por ejemplo, imaginá que dedicás horas interminables a revisar tus redes sociales o a ver series en Netflix (¡no te hagas el distraído, todos lo hemos hecho!). ¿Qué retorno de inversión estás obteniendo de eso? ¿Te acerca a tus metas y sueños? Probablemente no.
Ahora, imaginá que invertís ese mismo tiempo en aprender una nueva habilidad, trabajar en tu proyecto personal o pasar tiempo de calidad con tus seres queridos. ¿Ves la diferencia? ¡Eso sí que es un buen retorno de inversión!
Ojo al piojo, tampoco lo veas como la productividad tóxica de trabajar y hacer cosas sin parar. Todos, absolutamente todos, necesitamos desconectar.
A lo que voy es aplicarlo a toda esa infinidad de cosas que querés hacer. ¿Vale la pena juntarte con Fulana, que ni siquiera te cae bien a hacer tal cosa solo para no quedar mal? ¿Vale la pena decirle a tu primo que le vas a ayudar a configurar su impresora, siendo que puede ver el mismo tutorial de YouTube que ibas a usar en primer lugar?
A eso voy, a que inviertas tu tiempo en calidad, no cantidad.
Así que la próxima vez que te encuentres procrastinando o perdiendo el tiempo en actividades que no te llevan a ninguna parte, parate un momento y preguntate: ¿esto realmente vale mi tiempo? ¿Me está acercando a donde quiero estar? ¿cuál va a ser mi retorno de la inversión con esto?
Recordá, el tiempo es un recurso finito, y a diferencia del dinero, no podés “producir cantidades indefinidas”, podés reacomodar y presupuestar el que ya tenés. Así que adminístralo sabiamente, como harías con tu dinero. ¡Y hacé que cada minuto cuente!
Espero que esto te haya ayudado un poquito. Nos leemos la próxima… Chau Chau 😘